martes, 25 de febrero de 2014

Hoy quiero decirte adiós,...


 Ya no logro recordar porque no podía olvidarte,... porque pensé que sin ti no era capaz de seguir,… y llené el tiempo de maltrato con sufrimientos estériles,… y agoté las lágrimas lloviéndolas en lo árido del adiós no deseado,… robaste hasta esos momentos que a nadie le pertenecen,… y me alejé intentando encontrarte en el rincón de la indiferencia,… no sé si algún día te quise,… si tú llegaste a quererme,… no asumí el desprecio del abandono,… quizá por orgullo,… quizá por costumbre,… te agradezco la libertad forzada,... esa que fué la cárcel que me entrego fortaleza,… que hoy valoro porque me enseño a renacerme,… y apuro la vida hasta vaciarme y vaciarla,... y me lleno de esos detalles que habitan en las cosas más pequeñas,... hoy comprendo que el pasado es un absurdo que se alimenta de eso,... de pasado,… y que sólo sirve para darle sentido al presente,… nadie que quiso olvidarme merece ser recordado,… hoy sonrío,… y no logro recordar,… porque no podía olvidarte,…

PD: Dios no me quiere y el Diablo me tiene miedo.
José Ramón Marcos Sánchez.

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