La palabra más bella es aquella que no sé dice,... la que uno siente y seguirá sintiendo,... la que no se pudo decir por miedo,... y habita cobarde en el suspiro soñado de la tierra de los sueños,... la que se vistió de valor desnuda en el tiempo,... y yace doliente en el suspiro arrepentido de las huellas del recuerdo,... en esa tierra que aún yerma abastece en silencio los secretos de una vida,.... la intimidad absurda de los profetas del pasado,... entre versos equivocados danzan culpas y culpables,... invocando a los espíritus de las ceremonias desoladas,... para retarlos a muerte con la palabra maldita,... que aún a destiempo en el tiempo,... es la piel indestructible del alma de un sentimiento,....
PD: Dios no me quiere y el Diablo me tiene miedo.
José Ramón Marcos Sánchez
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